En María, nuestro destino
«Cuando en esta vida “elegimos la vida” (cf. Dt 30,19), entonces en María, asunta al Cielo, tenemos razón para contemplar nuestro destino. Ella nos es dada como signo de que la Resurrección de Jesús no fue un hecho aislado, una excepción. Todos, en Cristo, podemos vencer la muerte (cf. 1 Cor 15,54)».