
En recuerdo del Papa Francisco
Su huella y legado en la Gobernación
El Papa Francisco falleció en paz en la mañana del lunes 21 de abril, a las 7,35.
Se entregó por completo hasta el final, por la Iglesia, por sus hermanos y por la humanidad. Su corazón dejó de latir, pero su eco permanecerá para siempre en la memoria de quienes tuvieron la dicha de escucharlo, de ver sus gestos proféticos y de seguir su Magisterio.
Hasta el último momento, continuó sirviendo a la Iglesia sin concederse nunca un respiro, porque las necesidades eclesiales fueron siempre su prioridad de vida. Así como pidió a los demás que se opusieran a la cultura del descarte y que nadie fuera excluido, él mismo nunca escatimó esfuerzos para anunciar la misericordia de Dios al mundo. Ese fue un pilar fundamental de su pontificado.