La liberación de toda esclavitud
En la época medieval, el término merced designaba una forma concreta de compasión, dirigida sobre todo a quienes vivían en los márgenes de la sociedad: en particular, a los cristianos mantenidos en cautiverio. A esta causa se consagraron con fervor san Pedro Nolasco y sus discípulos, quienes fundaron una comunidad religiosa dedicada a la liberación de los prisioneros cristianos en peligro de perder la fe. Por esta razón fueron llamados frailes de la Merced, y sus conventos recibieron el nombre de “casas de la Merced”. Estrechamente unidos a la figura de la Virgen María, considerada inspiradora de su misión, le otorgaron el título de “Madre de la Merced” o “de la Misericordia”.