Caridad y auxilio a los caminantes y necesitados
Es célebre por haber fundado los conocidos hospicios en los pasos alpinos del Gran San Bernardo y del Pequeño San Bernardo, que tomaron su nombre, con el fin de atender las necesidades de los viajeros de los Alpes. Situados respectivamente a 2.469 y 2.188 metros de altitud, estos refugios ofrecían protección, asistencia médica y apoyo espiritual a peregrinos y transeúntes en apuros. En poco tiempo, se convirtieron en símbolo de la caridad cristiana y de la entrega al prójimo.