«Hermanos, ¡estad alegres, reíd, bromead cuanto queráis, pero no pequéis!»
Le llamaban “el bueno de Pippo” por su carácter jovial y apacible. Logró implicar en su aventura espiritual a toda la ciudad de Roma, invitando a la caridad hacia los más débiles y marginados de la sociedad. Es Felipe Neri, nacido en Florencia el 21 de julio de 1515, hijo de Francesco y de Lucrezia da Mosciano. Su padre, notario de profesión, enviudó en 1520 y contrajo nuevo matrimonio con Alessandra di Michele Lensi, quien se hizo cargo del pequeño Felipe. Estudió en la escuela pública y recibió formación de los dominicos del convento de San Marcos.