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All’Ambasciata di Spagna presso la Santa Sede conferenza sulla Specola Vaticana

Al servizio della fede e della scienza

“Perché guardate il Cielo?” (At 1,11). È il tema della conferenza, che si è svolta, martedì pomeriggio, 28 ottobre, nella sede dell’Ambasciata di Spagna presso la Santa Sede in Roma.

All’incontro, organizzato da S.E. l’Ambasciatore di Spagna presso la Santa Sede, la signora Isabel Celaá, hanno partecipato Sr. Raffaella Petrini, Presidente del Governatorato dello Stato della Città del Vaticano, i Gesuiti P. Gabriele Gionti, vice direttore della Specola Vaticana, e fratel Guy Consolmagno, già direttore, con il nuovo direttore, Padre Richard D’Souza e alcuni confratelli della comunità di Castel Gandolfo.

 

Di seguito pubblichiamo il discorso, pronunciato in spagnolo, del Presidente del Governatorato:

 

Saludo cordialmente al Embajador de España ante la Santa Sede, Sua Excelencia la Señora María Isabel Celaá Diéguez,

y con Ella toda la Delegación Diplomática,

Agradezco la acogida y el interés hacia la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano,

también saludo al Padre Richard Anthony D’Souza y al Hermano Guy Consolmagno, Director y Director emérito respectivamente,

y al Padre Gabriele Gionti, subdirector.

Permítanme ilustrar brevemente el papel de la Specola Vaticana y su importancia como observatorio astronómico del Papa.

Se trata de un instituto de investigación científica que depende directamente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano.

Puede considerarse uno de los observatorios astronómicos más antiguos del mundo. Fue Gregorio XIII que lo hizo erigir en el Vaticano en 1578, en la Torre de los Vientos e invitó a los Jesuitas astrónomos y matemáticos del Colegio Romano a preparar la reforma del calendario promulgada en 1582.

A lo largo de los siglos, la Santa Sede no ha dejado de manifestar interés y de dar su apoyo a la investigación astronómica.

León XIII, el 14 de marzo de 1891, fundó el Observatorio en la colina del Vaticano, detrás de la Basílica de San Pedro. Su intención fue la de contrarrestar las persistentes acusaciones hechas a la Iglesia de estar en contra del progreso científico.

Con directores y personal proporcionados por diferentes órdenes religiosas como barnabitas, oratorianos, agustinos y jesuitas, la Specola trabajó en el Vaticano durante poco más de 40 años, ocupándose principalmente de la implementación, junto con otros observatorios, del gran programa internacional del Papel Fotográfico del Cielo. En 1910, San Pío X asignó a la Specola la villa que León XIII había mandado construir en los Jardines Vaticanos y nombró director al jesuita Padre G. Hagen.

En los años Treinta, debido al incremento de las luces eléctricas, el cielo de Roma ya no era adecuado para que los astrónomos observaran las estrellas. Así, Pío XI dispuso que la Specola se trasladara a su residencia de verano en Castel Gandolfo, en las Colinas Albanas. Alrededor de 1935 se refundó y confió a los jesuitas un moderno observatorio con tres nuevos telescopios y un laboratorio astrofísico para análisis espectroquímicos.

En 1957, con la instalación de un telescopio de gran campo de tipo Schmidt y la adición de un moderno centro de cálculo, se pudo ampliar la investigación a nuevos campos, como el desarrollo de nuevas técnicas para la clasificación de las estrellas en función de sus espectros: investigación esta todavía en curso en el Observatorio.

A su vez, incluso el cielo sobre Castel Gandolfo se volvió no más óptimo para observar las estrellas. Así, en 1981, la Specola fundó un segundo centro de investigación, el “Vatican Observatory Research Group” (VORG), en Tucson, Arizona, en los Estados Unidos de América.

De esta manera, los astrónomos del Vaticano tienen sus oficinas en el Observatorio Steward de la Universidad de Arizona y, sobre la base de la igualdad absoluta de examen de sus propuestas de observación, pueden acceder a todos los telescopios modernos ubicados en la zona.

A finales de los 80, el Observatorio Vaticano dio un paso valiente: se decidió construir y mantener un telescopio de tecnología avanzada.

En 1993 la Specola, en colaboración con el Observatorio Steward, llevó a cabo la construcción del Telescopio Vaticano de Tecnología Avanzada (VATT), el primer telescopio óptico-infrarrojo, situándolo en el Monte Graham (Arizona), el mejor sitio astronómico del continente norteamericano.

Así, desde sus dos centros, Castel Gandolfo y Tucson, el Observatorio Vaticano continua sus estudios. El Observatorio lleva a cabo programas en colaboración con muchos institutos astronómicos de otros Países, como Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Finlandia, Italia, Lituania, Sudáfrica y Estados Unidos de América, y es miembro de la Unión Astronómica Internacional (IAU) y del Centro Internacional de Astrofísica Relativista (ICRA).

En Castel Gandolfo, la Biblioteca, con unos 22.000 volúmenes, posee una valiosa colección de libros antiguos, entre los que se incluyen obras de Copérnico, Galileo, Newton, Kepler, Brahe, Clavio y Secchi; también alberga una importante colección de meteoritos, valiosos por la información que nos pueden dar sobre los orígenes del sistema solar.

El Observatorio está financiado anualmente por la Gobernación; sin embargo, para la implementación de programas particulares como el VATT, el Observatorio cuenta con la ayuda de amigos y benefactores y para ello se fundó la Sociedad “Vatican Observatory Foundation”, en el Estado de Arizona.

La Fundación Observatorio Vaticano (VOF) es una organización sin ánimo de lucro creada para apoyar los esfuerzos científicos y educativos del Observatorio Vaticano, incluyendo el mantenimiento y la modernización del Telescopio de Tecnología Avanzada del Vaticano (VATT).

A través de iniciativas de recaudación de fondos y actividades de sensibilización educativa, como viajes, boletines y seminarios, la Fundación ofrece al gran público una manera de conocer el Observatorio Vaticano y desempeñar un papel activo en su misión.

Mientras que la financiación para los sueldos y los gastos administrativos del Observatorio Vaticano proviene directamente de la Gobernación, la financiación para el telescopio y las iniciativas educativas provienen del generoso apoyo de los benefactores del Vaticano

La Fundación es hoy la principal fuente de financiación para las Escuelas de Verano del Observatorio Vaticano, de fama mundial, creadas en 1986 y que se celebran cada dos años en la sede del Observatorio Vaticano en Castel Gandolfo.

Allí, 25 estudiantes de todo el mundo, en su mayoría de países en desarrollo, se sumergen en cuatro semanas de estudio intensivo sobre algunos aspectos de la astrofísica enseñados por expertos mundiales.

Desde la primera edición, más de 450 estudiantes han asistido a estas escuelas de verano. Las escuelas están abiertas a estudiantes de maestría y doctorado de todo el mundo. La selección no tiene en cuenta las condiciones económicas, ya que no hay cuota de inscripción y un apoyo financiero adicional para el viaje y el alojamiento está asegurado por algunos benefactores a través de la Fundación Observatorio Vaticano. De esta manera se garantiza a todos los estudiantes admitidos la posibilidad de participar.

Más del 85% de los antiguos alumnos de las escuelas VOSS siguen trabajando como astrónomos profesionales, incluyendo algunas de las figuras más importantes de la astronomía contemporánea.

Esta es la realidad de la Specola Vaticana, al servicio de la fe, de la ciencia y bajo el patrocinio del Papa. Debe mucho a la Compañía de Jesús que a lo largo de los siglos ha ofrecido a sus mejores científicos y religiosos como el Hermano Consolmagno y todos los directores que se han sucedido.

Gracias a todos.

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