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Inauguración en los Jardines Vaticanos del mosaico que representa a Cristo Pantocrátor

Símbolo de la misión de los Trinitarios

Jóvenes con discapacidad y sus profesores han trabajado juntos para crear un mosaico de gran valor artístico que representa a Cristo Pantocrátor. Esta obra, realizada en el taller de mosaicos del Centro de Rehabilitación Ada “Ceschin Pilone” del Instituto de los Padres Trinitarios de Venosa-Bernalda, se colocó el jueves por la mañana, 5 de diciembre, en los Jardines Vaticanos. La ceremonia estuvo presidida por el Cardenal Fernando Vérgez Alzaga, Presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano.

El mosaico, donado al Papa por la Orden de la Santísima Trinidad y de los Cautivos, a través de Solidaridad Internacional Trinitaria, reproduce el Cristo Pantocrátor situado en el portal del monasterio de San Tomás in Formis, en Roma. Este mosaico rememora la obra, símbolo de la Orden de los Trinitarios, creada por Giacomo y su hijo Cosimo, artistas romanos de la escuela cosmatesca, a principios del siglo XIII. Representa la visión de San Juan de Mata, que le impulsó a fundar la Orden. En el mosaico, Cristo está sentado en un trono, flanqueado por dos esclavos encadenados: uno blanco, a la derecha, y otro negro, a la izquierda. La inscripción alrededor del mosaico dice: Signum Ordinis Sanctae Trinitatis et Captivorum (Emblema de la Orden de la Santísima Trinidad y de los Cautivos). También las cruces roja y azul, una sostenida por el esclavo blanco y otra sobre el medallón del mosaico, simbolizan la Orden de la Santísima Trinidad y su misión: ser puente entre religiones, uniendo a los creyentes independientemente de su fe, en un camino hacia la salvación.

Durante la ceremonia, el Cardenal Vérgez Alzaga bendijo el mosaico y oró diciendo:

“Te bendecimos, Padre Santo: en tu inmenso amor por la humanidad, enviaste al mundo como Salvador y primogénito entre muchos hermanos a tu Verbo eterno, Cristo, modelo de santidad. Lo veneramos en este Pantocrátor, que nos recuerda que Él es la imagen perfecta de la Trinidad. Él nos toma de la mano y nos introduce en su Reino de gloria, un Reino de redención y liberación”.

También recordó y oró por los perseguidos a causa de su fe en Cristo:

“Padre Santo, que la sangre de aquellos que sufren persecución por ser fieles a tu Hijo, a imitación de su pasión, nos ayude a nosotros, tus hijos, a vivir una vida pura y santa, para que, con el Espíritu de Amor, tu Reino sea anunciado hasta los confines de la tierra”.

En la ceremonia estuvieron presentes el Padre Luigi Buccarello, Ministro General de la Orden; el Padre Antonio Aurelio Fernández Serrano, Vicario General y Presidente de Solidaridad Internacional Trinitaria; los miembros del Consejo General; además de Don Franco Fontana, capellán de la Dirección de Servicios de Seguridad y Protección Civil y de los Museos Vaticanos; numerosos religiosos y religiosas trinitarios, así como laicos vinculados a la Orden.

 

El Cardenal Vérgez Alzaga pronunció las siguientes palabras durante la ceremonia:

 

Reverendo Padre Luigi Buccarello, Ministro General de la Orden de la Santísima Trinidad y de los Cautivos;

Reverendo Padre Antonio Aurelio Fernández Serrano, Vicario General y Presidente de Solidaridad Internacional Trinitaria;

Reverendos Padres del Consejo General Ampliado, miembros de la Familia Trinitaria.

 

Estamos reunidos para inaugurar el mosaico que reproduce la visión de San Juan de Mata, fundador de la Orden de la Santísima Trinidad. Durante su primera misa, el 28 de enero de 1193, el Santo pidió al Señor que le mostrara el camino a seguir y el orden en el que ingresar para salvarse. Fue entonces cuando, como vemos en el mosaico, se le apareció Cristo, sosteniendo de la mano a dos hombres encadenados a sus pies: uno pálido y demacrado, el otro negro y deformado. De esta visión, San Juan entendió que debía dedicarse a rescatar y liberar a los cristianos que caían en esclavitud en manos de piratas que infestaban el Mediterráneo.

En 1209, Inocencio III, en una bula, enumeró las casas de la Orden y les concedió gracias y privilegios. Entre estas casas estaba la iglesia de San Tomás in Formis, una antigua abadía benedictina en el Monte Celio. El fundador transformó la abadía en un hospital para acoger a los pobres y a los esclavos rescatados.

El mosaico original, que hoy inauguramos, se encuentra sobre un edículo que corona la puerta del antiguo hospital. La inscripción alrededor del mosaico, Signum Ordinis Sanctae Trinitatis et Captivorum (Emblema de la Orden de la Santísima Trinidad y de los Cautivos), es un programa de vida para los discípulos de San Juan de Mata. A día de hoy, los Trinitarios continúan dedicándose a liberar a hermanos y hermanas de toda forma de esclavitud, tanto corporal como espiritual. Entre estas formas de esclavitud, no faltan ejemplos preocupantes en la actualidad: desde el uso de drogas hasta las adicciones al alcohol, tabaco, internet y redes sociales.

Cristo, en el mosaico que vemos, tiende la mano a estas personas encadenadas, impidiéndoles ser libres. Otro ámbito importante donde los Trinitarios están presentes, a través de Solidaridad Internacional Trinitaria, es la ayuda a los cristianos perseguidos en el mundo. También intervienen en favor de aquellos discriminados y privados de libertad a causa de las injusticias y la violencia. Frente a esto, la misericordia de la Trinidad libera a la humanidad de toda atadura o imposición que le impida realizarse plenamente.

Este mosaico recuerda a todo el que pase frente a él que el único Liberador es Cristo mismo. Agradecemos a todos los que han contribuido a la realización de esta iniciativa.

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