En los Jardines Vaticanos fue bendecido el mosaico de la Patrona de Haití
Un signo de confianza y afecto hacia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro
La Iglesia y el pueblo de Haití han querido expresar su vínculo con la Sede de Pedro mediante la colocación de una imagen de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, Patrona de la República de Haití, en los Jardines Vaticanos. La ceremonia de inauguración y bendición del artístico mosaico tuvo lugar en la mañana del viernes 27 de junio, y fue presidida por el Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado, y por Sor Raffaella Petrini, Presidenta de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano.
Fue Mons. Wismick Jean-Charles, Obispo Auxiliar de Puerto Príncipe (Haití), quien impartió la bendición a la imagen mariana, que representa no solo una devoción, sino también un referente para toda una nación con frecuencia golpeada por catástrofes naturales y crisis económicas.
Entre los presentes se encontraban el Embajador de la República de Haití ante la República Italiana, Excmo. Sr. Gandy Thomas; representantes del gobierno haitiano; y la Encargada de Negocios de la Embajada de Haití ante la Santa Sede, Sra. Marie Guerlyne Janvier.
La iniciativa fue promovida por la Embajada de Haití ante la Santa Sede con motivo del 165.º aniversario del concordato firmado en 1860, testimonio de unas relaciones diplomáticas que reflejan una prolongada historia de fe y de vínculos entre la República de Haití y la Santa Sede.
Por la tarde, en la capilla del Coro de la Basílica de San Pedro, el Cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, Canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias y de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, presidió la concelebración eucarística. A continuación, Mons. Emilio Nappa, Secretario General de la Gobernación, junto con la Encargada de Negocios de la Embajada de Haití ante la Santa Sede, Sra. Marie Guerlyne Janvier, presentó el matasellos conmemorativo especial, emitido con ocasión del 165.º aniversario del concordato entre la Santa Sede y la República de Haití.
El matasellos reproduce un detalle de la efigie de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, en el que un ángel muestra al Niño los instrumentos de la Pasión. Completan el matasellos las inscripciones “165 años de relaciones entre la Santa Sede y Haití”, “28.03.2025” y “Correos Vaticanos”. También estuvo presente el ingeniero Antonino Intersimone, Director de la Dirección de Telecomunicaciones y Sistemas Informáticos.
Discurso pronunciado por la Presidenta de la Gobernación durante la inauguración de la imagen mariana:
Saludo en primer lugar al Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado,
y a todos los aquí presentes:
Nos hemos reunido para instalar en los Jardines Vaticanos la imagen de la Patrona de Haití, Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. A través de este don, se manifiesta y se renueva la presencia del pueblo haitiano junto a la Sede del Sucesor de Pedro.
Expreso mi gratitud por esta iniciativa tanto a los Pastores de la Iglesia como al Embajador de Haití ante la Santa Sede.
El vínculo que une a vuestro país con María se ha hecho patente a lo largo de los siglos por medio de su intercesión maternal. En particular, el 5 de febrero de 1882, durante una epidemia de viruela que causaba cientos de víctimas, el párroco de la catedral de Puerto Príncipe pidió al Arzobispo que organizase una novena y llevara en procesión la imagen de la Virgen del Perpetuo Socorro hasta la colina de Bel Air. Desde allí, el prelado bendijo la ciudad y a toda la nación. La Virgen respondió maternalmente a esta invocación y, en menos de tres días, la epidemia desapareció.
Fue, por tanto, la fe del pueblo —cuyo portavoz fue primero el párroco de la catedral y luego el propio Arzobispo— la que dio origen a un fervor de oración dirigido a la Virgen en busca de auxilio.
En recuerdo de aquel acontecimiento, los haitianos han seguido confiándose a María en sus necesidades, hasta que, el 8 de diciembre de 1942, Mons. Joseph-Marie Le Gouazé, Arzobispo de Puerto Príncipe, consagró la nación a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.
La fiesta, que se celebra cada año el 27 de junio, constituye un momento especial para el pueblo haitiano y es ocasión para agradecer a María su constante asistencia y amparo hacia Haití.
Todo el icono, más allá de expresar temor ante la Pasión, habla de ternura y misericordia. La mirada de la Virgen es serena, su brazo es fuerte, su auxilio es perpetuo y seguro.
Confiándonos a Ella, no tenemos nada que temer.
Deseo concluir dirigiéndome a María con la misma oración tan querida por el pueblo haitiano:
Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, ayúdanos,
protege a Haití,
protege a la Iglesia,
protege al mundo entero,
protege nuestros hogares y bendice a nuestros hijos.
