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En los Jardines Vaticanos se inauguró un mosaico de la Virgen de Luján

En memoria del Beato Cardenal Pironio

El estrecho vínculo entre la Sede de Pedro y la Argentina se ha renovado con la colocación, en los Jardines Vaticanos, de un mosaico de la Virgen de Luján, Patrona del país sudamericano. La solemne bendición e inauguración de la imagen tuvo lugar el martes por la mañana, 9 de septiembre, en presencia de los Cardenales Pietro Parolin, Secretario de Estado; Leonardo Sandri, Vicedecano del Colegio Cardenalicio; y Fernando Vérgez Alzaga, Presidente emérito de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano; de Sor Raffaella Petrini, Presidenta de la Gobernación; de S. E. Luis Pablo María Beltramino, Embajador de la República Argentina ante la Santa Sede; así como de obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, y representantes de la comunidad argentina residente en Roma.

El mosaico fue realizado por la artista Florencia Delucchi y representa a la Virgen de Luján con sus colores característicos: el manto celeste y la corona dorada, símbolo de realeza y de protección materna. La obra, rica en detalles y significados, se inscribe en un itinerario de puesta en valor de las imágenes marianas presentes en el mundo.

Tras las intervenciones del Embajador de la República Argentina y del cardenal Parolin, el mosaico fue bendecido por el cardenal Sandri con una oración especial a la Virgen. Posteriormente, el cardenal Vérgez Alzaga dirigió un saludo conclusivo a los presentes.

Esta inauguración no constituye únicamente un gesto artístico o devocional, sino que representa un puente espiritual entre el Vaticano y la Argentina, entre la Iglesia local y la Iglesia universal. La Virgen de Luján, venerada por millones de fieles en el mundo, podrá seguir hablando a los corazones con su mensaje de amor, esperanza y protección.

 

Publicamos, en nuestra traducción, el discurso de agradecimiento del cardenal Fernando Vérgez:

Eminentísimos Señores Cardenales Pietro Parolin, Secretario del Estado, y Leonardo Sandri, Prefecto Emérito del Dicasterio de las Iglesias Orientales y Vice Decano del Colegio Cardenalicio,

Reverendísima Sor Rafaela Petrini, Presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano,

Excelentísimo Doctor Luis Pablo María Beltramino, Embajador de la República Argentina ante la Santa Sede,

Excelentísimas autoridades, representantes de instituciones civiles y religiosas, miembros de la comunidad argentina y amigos todos:

Nos encontramos hoy reunidos en torno a una figura que trasciende fronteras, credos y generaciones: la Virgen de Luján, patrona del querido pueblo argentino y símbolo profundo de fe, esperanza y protección.

Es para mí una gran alegría poder participar a la entronización de la Virgen de Luján en los Jardines Vaticanos junto a los mosaicos que representan las Vírgenes Patronas de casi todos los países de América Latina. Invocación tan querida a nuestro llorado Papa Francisco. Tantos recuerdos y alegrías me trae este sencillo pero profundo acto. Personalmente estoy muy vinculado al Santuario de Nuestra Señora de Luján gracias al Beato Cardenal Pironio. Allí está enterrado y allí en diciembre del 2023 fue proclamado Beato.

Entronizar a la Virgen de Luján no es solo un acto artístico o ceremonial. Es, ante todo, una expresión viva de la devoción de una comunidad que no olvida sus raíces, su cultura ni su espiritualidad. Este mosaico permanecerá como signo visible de un lazo invisible pero inquebrantable que nos une con la historia, con la tierra y con los valores más profundos del pueblo argentino.

Queremos expresar nuestro más sincero agradecimiento a todas las autoridades presentes, tanto civiles como religiosas, por haber honrado con su presencia este momento tan significativo. Su compañía reafirma el valor de la colaboración entre instituciones y comunidades para preservar y promover el patrimonio espiritual y cultural.

Un especial reconocimiento a la Conferencia Episcopal Argentina que adhirió de inmediato, al Excelentísimo Señor Embajador que, desde el inicio de su misión ante la Santa Sede, impulsó y buscó los medios necesarios para que este deseo fuera hoy una realidad.

Agradezco sinceramente a quienes han hecho posible esta obra: especialmente a los, Señores Ricardo Trigo, Mario  Montoto y Luis Calello, que han donado la obra que hoy nos une a todos; a los artistas que con su talento han sabido plasmar la belleza y la ternura de la Virgen; a quienes han colaborado en la organización de este evento con esfuerzo discreto pero incansable; y a todos los fieles y devotos que, con su presencia y oración, han dado vida a este acto.

Gracias también a la comunidad argentina en Roma, que ha sabido mantener viva la devoción a la Virgen de Luján más allá de las distancias. Hoy celebramos no solo una imagen, sino una presencia que acompaña, consuela y fortalece.

Termino con palabras del Beato Pironio a María de Luján: "Madre de Dios y Madre nuestra, Madre de Cristo el Señor, el Salvador, Madre de la Iglesia, enséñanos a Jesús, muéstranos a Jesús, danos a gustar por dentro a Jesús. Que seamos dóciles a su Palabra. Y que mediante esta Palabra seamos fieles a la voluntad del Padre.

María: enséñanos a descubrir a Jesús en la noche y en la mañana, en la cruz y en la alegría, en la vida y en la muerte. Madre: muéstranos a Jesús todos los días, para que al final de nuestro camino, de nuestro destierro, nos muestres clara y definitivamente a Jesús el fruto bendito de tu vientre.

María nos acoge y nos abraza a todos en Luján, que es el corazón del país. En el corazón de María -la pobre, la contemplativa, la disponible- los dejo con estas dos frases de Nuestra Señora: «Yo soy la servidora del Señor, hágase en mí según tu palabra», «Hagan los que El les diga». No se vuelvan de Luján -lugar de la cercanía de Dios a través de María- sin renovar este doble compromiso: de decir que Sí al Señor todos los días y de hacer generosa y gozosamente todo lo que El les pida. Serán inmensamente felices si así lo hacen.  Amén”

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