Seleccione su idioma

Energía renovable y protección del ecosistema

En el Motu Proprio Fratello Sole (Hermano Sol) se requiere la instalación de un sistema agrovoltaico para suministrar electricidad al Estado de la Ciudad del Vaticano.

El Papa Francisco ha encomendado al cardenal Fernando Vérgez Alzaga, presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, y al arzobispo Giordano Piccinotti, presidente de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica, “el encargo de realizar una instalación agrovoltaica ubicada dentro de la zona extraterritorial de Santa María de Galeria, que asegure, no solo la alimentación eléctrica de la estación de radio existente en ella, sino también el completo sustento energético del Estado de la Ciudad del Vaticano”. Así lo ha hecho en la Carta Apostólica en forma de Motu Proprio Fratello Sole (Hermano Sol) del 21 de junio de 2024.

Para lograr este objetivo, el Papa ha nombrado al cardenal y al arzobispo comisarios extraordinarios “con plena capacidad para realizar los actos necesarios de administración ordinaria y extraordinaria”. La Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano está en primera línea con toda su organización y competencia técnica para la realización de la instalación agrovoltaica.

En el Motu Proprio, el Papa Francisco menciona la encíclica Laudato si’, en la que pedía la adopción de estilos de vida sostenibles y la promoción de la sobriedad en el uso de los recursos y la energía, como un acto de amor por el planeta y los hermanos.


Con el fin de alcanzar el objetivo de la “neutralidad climática”, como pide el Papa en el Motu Proprio, es necesario revisar los hábitos y comportamientos, pero también adoptar “un modelo de desarrollo sostenible que reduzca las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera”.

Una de las herramientas que la tecnología ha puesto a disposición es la agrovoltaica.

Se trata de un sistema para la generación de energía renovable que combina el cultivo de tierras agrícolas con la producción de electricidad mediante el uso de paneles solares.

Hay que remontarse a los años ochenta, cuando empezaron los primeros experimentos de lo que hoy se conoce como agrovoltaica. El término, contracción de agricultura y voltaico, apareció por primera vez en 2011. La idea era ofrecer a los terratenientes la posibilidad de alquilar sus propias áreas e instalar paneles fotovoltaicos manteniendo la actividad agrícola principal.

Los primeros beneficios de este sistema se refieren a la preservación de la naturaleza y la protección del ecosistema.

De hecho, los paneles solares se colocan sobre soportes elevados que permiten el cultivo de los terrenos subyacentes, ofreciendo un sombreado mínimo y garantizando las condiciones para el crecimiento de las plantas. Al mismo tiempo, ofrecen protección contra eventos climáticos extremos y ayudan a estabilizar las condiciones ambientales. De esta manera, la tierra se puede utilizar tanto para fines agrícolas y ganaderos, como para la producción de energía.

Además, la instalación de un sistema fotovoltaico produce energía verde con bajas emisiones de carbono, ya que no es necesaria la combustión para producirla. También hay que tener en cuenta que la vida útil de un sistema solar se estima en unos 25-30 años y al final, se puede desmantelar por completo. Por otro lado, el impacto sobre la contaminación es mínimo, ya que el silicio, el componente utilizado en la tecnología fotovoltaica, se produce a partir de la arena, que es abundante en el planeta. Lo fundamental que no debe olvidarse es que la producción de energía solar no tiene ningún impacto en los acuíferos ni en las aguas superficiales del terreno en el que se instala. Además, es una tecnología silenciosa, a diferencia de la energía eólica. Un elemento importante a destacar es que la electricidad producida se reintegra en la red eléctrica.

Tagged under: novedades

Seleccione su idioma