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Las Benedictinas del Monasterio Mater Ecclesiae en Vaticano

Oración y trabajo al servicio del Papa y de los hermanos y hermanas

Su vida y su trabajo

Desde enero de 2024, las monjas benedictinas de la Abadía de Santa Escolástica, Argentina, respondiendo al pedido del Santo Padre, han retomado el ministerio de oración, adoración, alabanza y reparación en el Monasterio Mater Ecclesiae, dentro de los jardines vaticanos, para sostener al Santo Padre en su cotidiana solicitud por toda la Iglesia, por medio de su presencia orante.

La Comunidad de Mater Ecclesiae, aunque pequeña en número, representa y está sostenida por la Comunidad de la Abadía de Santa Escolástica,  en Victoria, Buenos Aires, Argentina, diócesis de san Isidro.

Ora et labora

Ora…

Las seis monjas benedictinas que viven en el Monasterio Mater Ecclesiae sigue los horarios y costumbres de esta Abadía de Santa Escolástica a la que permanecen unidas por su voto de estabilidad.

Se levantan a las 4 y media de la mañana y empiezan a orar a las cinco en la Iglesia. Es el oficio de Vigilias. Antes de la salida del sol, amanecen como Iglesia que vigila en espera de Cristo que, rico en perdón viene a elevar el amor de todos los hombres hacia sí. Esa oración dura una hora. A las 6:50 regresan a la Iglesia a cantar el oficio de Laudes, alabanza al Sol que nace de lo alto, Jesucristo, que todo lo ilumina con su presencia. Terminado el oficio de Laudes, 7.30, celebran la Eucaristía, abierta a la participación de los fieles. Luego tienen una hora de Lectio divina, es decir de oración personal hecha con la Palabra de Dios. A las 9 rezan la Hora de Tercia, que recuerda el misterio de Pentecostés invocando una nueva efusión del Espíritu Santo para que con sus dones asista y vivifique cada día a la Iglesia. El resto de la mañana cada una realiza una actividad: limpiezas, cocina y producción de productos dulces para la venta.

Después de trabajar, a las 12:30 rezan la hora Sexta , recordando el momento en que Cristo, levantado en la Cruz redime a todo el mundo. Así, ofrecen el trabajo y la fatiga de todos los hombres. Y cerca de las 15 h rezan Nona: hora de gracia, en la que diariamente conmemoran la muerte de Jesucristo, que desde lo alto de la Cruz ofrece su perdón y se entrega al Padre por amor a los hombres. Tienen un tiempo de recreación comunitaria, en el que se estrechan los vínculos fraternos en la sencillez y la alegría. Por la tarde vuelven a sus tareas hasta la hora de Vísperas, en la que, transcurrida la jornada entre oración y trabajo, Cristo las convoca para dar gracias al Padre por los dones recibidos, en especial por la Eucaristía, y suplicarle que sostenga la fe y la esperanza de todos los fieles. Luego de una hora más de Lectio Divina, cenan, y, antes del descanso nocturno, vuelven sus voces suplicantes en la hora de Completas para poner en manos del Padre su descanso y el de todos los hombres.

Así, al ritmo de la oración, con los salmos en los labios, oran cantando y trabajan orando, viviendo en el amor, la alegría y la alabanza, recordando al mundo que hay comunidades orantes que entregándose para siempre a Cristo interceden en favor de todos los hombres, y recuerdan a Dios, día y noche, a tiempo y a destiempo que el hombre de hoy lo busca sin saberlo, lo ama y lo necesita.

Et labora…

San Benito dice que “son verdaderamente monjes si viven del trabajo de sus manos”. Entonces, así como en Argentina la comunidad de Mater Ecclesiae tiene un taller de repostería, puesto a punto gracias a la gentileza del Governatorato. Es allí donde pasan la mayor parte del tiempo de trabajo, elaborando una variedad de productos dulces. Entre ellos:

  • galletias de limón,
  • galletias de chocolate y menta
  • galletias de chocolate y nuez
  • Alfajores de chocolate y pistacho
  • Alfajores de limón
  • Alfajores de dulce de leche y coco
  • Polvorones
  • Naranjas bañadas en chocolate
  • Roscas bañadas en chocolate
  • Torta Galesa
  • Torta Inglesa
  • Torta de frutos secos

Si bien recién comienzan la producción, tienen la esperanza de que la gente los pruebe y les guste... Es un trabajo en equipo, todas colaboran, ya sea en la elaboración del producto como en su envoltorio. Lo único que los distingue de otros productos muy buenos y muy variados que existen en el mercado es que se procura hacerlos con la mejor materia prima, pero sobre todo en un clima de silencio y de oración, rezando especialmente por todas aquellas personas que los consumirán. Ciertamente con la esperanza de que los disfruten por su sabor, pero sobre todo deseando que llegue a sus almas la paz y la gracia del Señor… Al acercarse un nuevo Adviento y un año particular de gracia jubilar, las monjas ya están diseñando unas galletitas especiales para Navidad…

Como consideran este llamado peculiar del Santo Padre una gracia y un signo de predilección, asumen en su oración todas las preocupaciones y deseos del Papa Francisco, especialmente en este tiempo su incansable llamamiento a la paz y su pedido de orar por el próximo año santo.

En el deseo de ser fieles a esta misión, ruegan a todos que recen por ellas.

Las monjas Benedictinas

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