Fiesta de Santa Bárbara, Patrona de los Bomberos

Una invitación a la caridad y al sacrificio
Celebrar a Santa Bárbara, una mártir que ofreció su vida por Cristo, es una ocasión para recordar el sacrificio que requiere la misión de los Bomberos. Bajo la protección de su Patrona, ellos también contribuyen al advenimiento del Reino de Dios con su labor, profesionalidad y dedicación a los demás. Así lo subrayó el Cardenal Fernando Vérgez Alzaga, Presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, durante la Misa celebrada en la iglesia de María, Madre de la Familia, el domingo por la mañana, 22 de diciembre. La fiesta de Santa Bárbara también fue motivo de convivencia para las familias de los Bomberos, a solo tres días de la solemnidad de la Navidad.
Estuvieron presentes, entre otros, Sor Raffaella Petrini, Secretaria General de la Gobernación, el abogado Giuseppe Puglisi-Alibrandi, Vice-Secretario General, el ingeniero Gianluca Gauzzi Broccoletti, el Dr. Davide Giulietti, respectivamente Director y Subdirector de los Servicios de Seguridad y Protección Civil, el ingeniero Paolo De Angelis, Coordinador del Cuerpo de Bomberos, y el Padre Franco Fontana, capellán de la Dirección de Servicios de Seguridad y Protección Civil y de los Museos Vaticanos.
Publicamos, a continuación, la homilía del Cardenal Presidente:
Queridos Gianluca Gauzzi Broccoletti,
Davide Giulietti,
Paolo De Angelis,
Padre Franco Fontana,
queridos todos,
Estamos reunidos alrededor de la Mesa del Señor para celebrar a Santa Bárbara, Patrona del Cuerpo de Bomberos junto con León IV. Nos separan ya pocos días de la Navidad y de la apertura de la Puerta Santa, con la que comenzará el Jubileo. Será un período de gracia y misericordia, durante el cual podemos obtener la indulgencia plenaria. Además de ser un momento de bendiciones espirituales, será un año en el que estamos llamados a enfrentar la llegada de millones de peregrinos. A todos vosotros, así como a los Gendarmes, se os pedirá especial atención y dedicación para estar preparados ante cualquier necesidad o emergencia. Los desafíos no faltarán, pero sé que puedo contar con vuestra profesionalidad y competencia.
El Evangelio de Lucas, que acabamos de escuchar, recuerda la visita de María a su prima Isabel. Movida por la caridad, al saber del embarazo de su pariente, se pone en camino para ayudarla. Con ella está Jesús, que lleva en su vientre. El misterio de la Visitación se comprende, por tanto, en la solicitud de María por llevar a los demás la presencia de Cristo y en la misericordia de Dios que se manifiesta a través de la Virgen.
También vosotros, queridos Bomberos, cuando salís a prestar auxilio, recordad que Cristo os acompaña: no estáis solos. Cada vez que respondéis a una llamada de ayuda, Cristo está con vosotros para salir al encuentro del sufrimiento humano. Cada intervención que realizáis para salvar a una persona es un momento en el que Cristo está presente. Los valores de valentía, dedicación, esfuerzo, espíritu de equipo, altruismo y respeto que os animan son profundamente cristianos, ya que responden al sentido profundo del ser humano: estar presente, disponible y comprometido con el otro, con el hermano en dificultad.
En este sentido, también vosotros contribuís al advenimiento del Reino de Dios con vuestro trabajo, vuestra profesionalidad y vuestra dedicación a los demás.
Hoy recordamos a vuestra Patrona, Santa Bárbara, virgen y mártir, nacida en Nicomedia, cuyo culto se difundió ampliamente desde el siglo V, tanto en Oriente como en Occidente. Es la Patrona de todos aquellos cuyo oficio los expone a la muerte repentina: artificieros, armeros, fundidores, carpinteros, albañiles y mineros.
La tradición cuenta que su verdugo fue alcanzado por un rayo. De ahí surge la devoción popular que la invoca contra los peligros de una muerte repentina, provocada por el fuego o la electricidad.
Los sufrimientos de Santa Bárbara, que arriesgó su vida para permanecer fiel a Cristo, son una invitación a la caridad y al sacrificio.
Queridos Bomberos, mientras las personas se preocupan por su propia existencia, vosotros os preocupáis por la de los demás. Mientras la gente huye de los peligros, vosotros los enfrentáis. Mientras se olvida el significado de palabras como valentía, dedicación y sacrificio, vosotros las elegís para inspirar vuestra acción. Por todo ello, os estamos inmensamente agradecidos.
Invocando la protección maternal de María, os deseo de corazón a vosotros y a vuestras familias una Santa Navidad.