Visitas a la Specola Vaticana
Las relaciones entre los científicos y la Iglesia no siempre han sido fáciles. Basta recordar que Galileo fue condenado en 1633 por haber defendido el heliocentrismo. Hubo que esperar hasta 1992 para que, en un discurso, Juan Pablo II reconociera oficialmente aquel error que quedó en la historia. Desde entonces, las cosas han cambiado. En el siglo XX, el canónigo belga Georges Lemaître elaboró su famosa teoría del Big Bang. En 1930, el Vaticano abrió su observatorio en Castel Gandolfo. Hoy en día, el Santo Padre se ha convertido en un socio privilegiado en la investigación astronómica. Destino: el cosmos.