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  • 1 de octubre: Santa Teresita del Niño Jesús, Doctora de la Iglesia

    Un «pequeño camino » al alcance de todos

    La «estrella de mi pontificado»: así definió Pío XI a Santa Teresita del Niño Jesús y de la Santa Faz. Fue él mismo quien la beatificó, el 29 de abril de 1923, y la canonizó, el domingo 17 de mayo de 1925, en la basílica de San Pedro, ante una multitud de unos cincuenta mil fieles, de los que sólo una pequeña parte consiguió ocupar un lugar en la basílica vaticana. En aquella ocasión, el Pontífice destacó que Teresa, «consciente de su propia fragilidad, se abandonó con confianza a la divina Providencia para que, contando sólo con su ayuda, pudiera alcanzar la perfecta santidad de vida, incluso a través de duras dificultades, habiendo decidido luchar por ella con la abdicación total y gozosa de su propia voluntad».

  • 15 de octubre: Santa Teresa de Jesús, Doctora de la Iglesia

    Una mujer reformadora de hombres

    “«Era una mujer inquieta y andariega... enseñaba como maestra en contraste con lo que San Pablo enseñaba, ordenando que las mujeres no enseñaran». Este es el juicio del Nuncio Apostólico en España, el Arzobispo Felipe Sega, sobre Teresa de Jesús, conocida en el siglo como Teresa de Ahumada. Al definirla como una andariega, tenía razón, porque en 1577 ya había fundado 12 monasterios por toda España y había recorrido más de cinco mil kilómetros. Todo esto con los medios de la época, por caminos que apenas podían llamarse tales, con todas las dificultades que suponía trasladarse de una parte a otra del reino, especialmente para una mujer y, más aún, para una monja. Y pensar que en su vida llegó a fundar hasta 17 monasterios con escasos recursos económicos, problemas de salud y numerosas dificultades para encontrar casas disponibles que pudieran adaptarse como conventos religiosos. Su “culpa” original, para la época, fue ser mujer y, además, reformadora de la vida consagrada, incluyendo la masculina.

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