La valiosa labor de los operarios del Servicio de Jardines y Medio Ambiente durante la Semana Santa

Una alfombra de flores para la Plaza de San Pedro
Un esfuerzo considerable requiere el embellecimiento floral y vegetal de la Plaza de San Pedro durante la Semana Santa. De ello se encarga el Servicio de Jardines y Medio Ambiente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, en colaboración con maestros floristas neerlandeses.
Precisamente de los Países Bajos —además de Italia— proceden muchas de las flores que engalanan la Plaza durante el tiempo litúrgico más importante del año. Nos lo explica, en esta entrevista concedida a www.vaticanstate.va, Rafael Tornini, responsable del Servicio de Jardines y Medio Ambiente.
¿Qué tarea espera al Servicio de Jardines y Medio Ambiente con ocasión de la Semana Santa y la Pascua?
La labor en este periodo es especialmente intensa, ya que a las tareas ordinarias de mantenimiento de los jardines —que en primavera requieren un cuidado constante y esmerado— se suman los preparativos específicos de la Semana Santa y la Pascua.
¿Cuándo comienza la preparación para la colocación de las composiciones florales en la Plaza de San Pedro?
La organización arranca ya en enero, con la coordinación de los diferentes suministros, como las tradicionales palmas trenzadas procedentes de Liguria, o los ramos de olivo que se distribuyen tanto a los fieles presentes en la Plaza como en algunas capillas privadas dentro del Estado.
Gracias a la colaboración de la Asociación Nacional “Città dell’Olio”, cada año se donan unos 100.000 ramos de olivo. Para este 2025, con motivo del Año Jubilar y ante la mayor afluencia de fieles, se ha requerido un esfuerzo adicional para preparar 200.000 ramos.
Asimismo, se seleccionan cuidadosamente olivos centenarios que se colocan en la Plaza, cedidos temporalmente por el vivero Flora Olanda.
¿Quién se encarga del montaje?
Los trabajos de preparación y montaje corren a cargo directamente de nuestros jardineros, quienes, con entrega y dedicación, comienzan ya el miércoles anterior al Domingo de Ramos.
Recolectan en los jardines ramas de olivo, mirto, hojas de palma y de chamaerops, que luego se utilizan para confeccionar los arreglos que se entregarán el sábado por la tarde en el atrio de la Basílica y en torno al Obelisco.
Paralelamente, el equipo responsable de la limpieza de la Plaza realiza una limpieza extraordinaria.
¿Cuándo comienza el montaje floral en la Plaza?
El domingo, los trabajos comienzan al alba, antes de que la Plaza se abra a los fieles, con la distribución de los ramos de olivo. Simultáneamente, otro grupo de floristas y jardineros dispone sobre las mesas las palmas trenzadas que utilizarán el Santo Padre, los obispos y cardenales durante la procesión que parte del Portón de Bronce y culmina en las inmediaciones del Obelisco.
Conviene distinguir dos momentos distintos. El primero, durante la Vigilia Pascual, que se celebra en el altar de la Confesión dentro de la Basílica de San Pedro. En ese caso, los arreglos florales son obra de los floristas y jardineros de la Gobernación, con el apoyo de voluntarios que ofrecen su colaboración.
El segundo momento corresponde al Domingo de Pascua, cuando las flores y el montaje floral son donados por los maestros floristas neerlandeses.
¿Qué características tienen las decoraciones de este año y cuánto tiempo permanecen expuestas?
Las decoraciones florales de este año en la Plaza están compuestas principalmente por plantas bulbosas y permanecerán expuestas hasta el jueves siguiente a la Pascua. La retirada corre a cargo de nuestros jardineros.
¿De dónde proceden las flores y plantas? ¿Se cultivan según criterios ecológicos?
Como se ha mencionado, son donadas por los Maestros Floristas de los Países Bajos, en una tradición que ya dura 39 años.
Cada año nos envían miles de bulbos de distintas especies y variedades, que son instalados con la colaboración de una veintena de productores y floristas que vienen expresamente desde los Países Bajos.
Todo el proceso está coordinado por la Iglesia neerlandesa de los Santos Miguel y Magno en Roma y por la Diócesis de Róterdam.
Aunque se trate de una producción intensiva, en los últimos años esta actividad ha comenzado a orientarse hacia principios ecológicos, los mismos que rigen también el mantenimiento de los Jardines Vaticanos.