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  • 1 de octubre: Santa Teresita del Niño Jesús, Doctora de la Iglesia

    Un «pequeño camino » al alcance de todos

    La «estrella de mi pontificado»: así definió Pío XI a Santa Teresita del Niño Jesús y de la Santa Faz. Fue él mismo quien la beatificó, el 29 de abril de 1923, y la canonizó, el domingo 17 de mayo de 1925, en la basílica de San Pedro, ante una multitud de unos cincuenta mil fieles, de los que sólo una pequeña parte consiguió ocupar un lugar en la basílica vaticana. En aquella ocasión, el Pontífice destacó que Teresa, «consciente de su propia fragilidad, se abandonó con confianza a la divina Providencia para que, contando sólo con su ayuda, pudiera alcanzar la perfecta santidad de vida, incluso a través de duras dificultades, habiendo decidido luchar por ella con la abdicación total y gozosa de su propia voluntad».

  • 11 DE NOVIEMBRE: SAN MARTÍN DE TOURS

    Un acto de caridad transmitido a través de los siglos

    No cabe duda de que San Martín de Tours es conocido en el mundo entero, al menos por su gesto de caridad al compartir con un pobre la mitad de su capa. Según la tradición, esa misma noche se le apareció Jesús en la figura de ese pobre, vistiendo la mitad de la capa.

  • 11 de octubre: San Juan XXIII

    El Papa de la paz y del diálogo con todos

    “Con la mano en la conciencia, que escuchen el grito angustioso que, desde todos los rincones de la Tierra, desde los niños inocentes hasta los ancianos, desde las personas hasta las comunidades, se eleva hacia el cielo: ¡Paz! ¡Paz! Hoy renovamos esta solemne súplica.” Con estas palabras, San Juan XXIII, en un mensaje a Radio Vaticana, lanzó un llamamiento a la paz a los gobernantes del mundo, especialmente a los de los Estados Unidos de América y la Unión Soviética. Era el 25 de octubre de 1962, en plena crisis de los misiles en Cuba.

  • 13 de septiembre: SAN JUAN CRISTOBAL, DOCTOR DE LA IGLESIA

    Sufrió por dar testimonio del Evangelio

    “Gloria a Dios en todas las cosas”: con estas palabras, el 14 de septiembre de 407, san Juan Crisóstomo, “Boca de oro”, llamado así por su arte oratorio y su elocuencia, concluyó su peregrinación terrena. Nacido en Antioquía en un año comprendido entre 344 y 354, se dedicó al estudio de la retórica y las letras bajo la dirección del célebre Libanio. Al terminar sus estudios, se sintió fascinado por el mundo y se dedicó al teatro y a los debates. Poco tiempo después, sin embargo, se preparó para recibir el bautismo y lo recibió un domingo de Pascua de un año indeterminado. Posteriormente asistió al Círculo de Diodoro, una especie de seminario donde se podían cursar estudios teológicos. Durante ese período, se interesó por la exégesis de las Sagradas Escrituras y aprendió el método histórico-literario de la escuela de Antioquía. A continuación, pasó seis años viviendo una existencia eremítica, primero en la colina de Silpio, cerca de Antioquía, y después en una cueva en soledad y penitencia.

  • 14 de septiembre: Exaltación de la Santa Cruz

    Sagrado signo del Amor de Dios

    “De nada nos gloriaremos más que de la Cruz de nuestro Señor Jesucristo: Él es nuestra salvación, vida y resurrección. Por Él hemos sido salvados y liberados” (Gal 6,14). Así reza la Antífona de entrada en la celebración de la Exaltación de la Santa Cruz. Esta festividad, que conmemora la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte, es celebrada tanto por la Iglesia Católica como por la Iglesia Ortodoxa. Esta última otorga una importancia particular a esta solemnidad, casi comparable a la de la Pascua. El origen de esta celebración se remonta al culto de las primeras comunidades cristianas de Jerusalén, que adoraban solemnemente la Santa Cruz cada Viernes Santo.

  • 15 de agosto: Asunción de la Virgen María al Cielo

    "Por lo tanto, después de haber elevado nuevamente a Dios fervientes súplicas e invocado la luz del Espíritu de Verdad, para la gloria de Dios omnipotente, que derramó en la Virgen María su especial benevolencia, en honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y de la muerte, para mayor gloria de su augusta Madre y para gozo y regocijo de toda la Iglesia, por la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los santos apóstoles Pedro y Pablo y Nuestra, pronunciamos, declaramos y definimos como dogma revelado por Dios que: la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, al término de su vida terrenal, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial". Así, Pío XII, con la Constitución Apostólica Munificentissimus Deus del 1 de noviembre de 1950, definió el dogma de la Asunción de María al Cielo en cuerpo y alma.

  • 15 DE NOVIEMBRE: SAN ALBERTO MAGNO, OBISPO Y DOCTOR DE LA IGLESIA

    El maestro de Santo Tomás de Aquino

    Religioso, obispo, filósofo, teólogo, naturalista, químico y maestro de Santo Tomás de Aquino. Así fue Albrecht von Bollstädt, más conocido como Alberto Magno, un hombre de vasta cultura, especialmente en las ciencias naturales, que dejó una Suma teológica que sirvió como modelo para la célebre Suma teológica de Tomás de Aquino.

  • 18 de octubre: San Lucas Evangelista

    Un médico que escribe el Evangelio para los paganos

    Un médico, nacido en Antioquía en el seno de una familia pagana, preocupado por sus enfermos, de quienes conoce la debilidad y, a menudo, la miseria, hasta el día en que escucha a San Pablo hablar de Jesús. Desde ese momento, Lucas abraza la fe y no abandona nunca más al Apóstol, siguiéndolo hasta su martirio en Roma en el año 67.

  • 2 de octubre: Santos Ángeles Custodios

    Mensajeros al servicio de Dios

    En la Biblia, la presencia de los ángeles es constante y recorre toda la historia de la salvación. Muchos episodios se refieren a su acción y a su papel como instrumentos y mensajeros de Dios. Baste recordar, en el Antiguo Testamento, la lucha de Jacob con el ángel, de quien recibe el nombre de Israel (Gn 32,25-29), y la escalera, soñada por él, que desde la tierra tocaba el Cielo y era bajada y subida por multitud de ángeles (Gn 28,12). Pero también el ángel que sale al encuentro de la esclava Agar y le anuncia el nacimiento de Ismael (Gn 16,7ss); o el ángel que precede al pueblo de Israel en su peregrinación por el desierto (Ex 14,19). Y de nuevo los dos ángeles que sacan a Lot y su familia de Sodoma (Gn 19, 1ss), o la intervención del ángel que detiene la mano de Abraham a punto de sacrificar a su hijo Isaac (Gn 22, 11-13). O también Daniel, que fue salvado de las llamas del horno por un ángel (Dan 3, 49), o el ángel que trae alimento al profeta Elías en el desierto (1 Re 19, 5-10).

  • 21 de agosto: memoria litúrgica de San Pío X

    El Papa del Catecismo y de la Primera Comunión a los niños

    «Nacido pobre, vivido pobre y seguro de morir pobrísimo». Así escribía San Pío X, nacido Giuseppe Melchiorre Sarto, en su Testamento. Un Papa de origen humilde, que llegó a la Cátedra de Pedro tras haber recorrido todas las etapas de su carrera eclesiástica: capellán, párroco, obispo, cardenal, patriarca.

  • 21 DE SEPTIEMBRE: SAN MATEO, APÓSTOL Y EVANGELISTA

    Un pecador salvado por la misericordia de Dios

    No hay mucha información histórica sobre el apóstol Mateo. Su nombre deriva de una abreviatura de Matías o Matanía, que significa «Don de Dios». El Martirologio Romano sitúa su muerte el 21 de septiembre y la traslación de su cuerpo desde Etiopía a Salerno, con escala en Paestum, el 6 de mayo. La tradición dice que fue asesinado mientras celebraba misa.

  • 22 de agosto: memoria litúrgica de la Santísima Virgen María Reina

    No una Soberana distante, sino una Madre tierna y cercana

    «Desde los primeros siglos de la Iglesia católica, el pueblo cristiano ha elevado suplicantes oraciones e himnos de alabanza y devoción a la Reina del Cielo, tanto en circunstancias gozosas como, mucho más, en momentos de grave aflicción y peligro; ni nunca se han desvanecido en la fe las esperanzas puestas en la Madre del Rey divino, Jesucristo, gracias a la cual hemos aprendido que la Virgen María, Madre de Dios, preside el universo con corazón maternal, como coronada de gloria en la beatitud celestial». Así lo recuerda Pío XII en su Encíclica Ad Caeli Reginam del 11 de octubre de 1954, con la que instituyó la fiesta litúrgica de la «Bienaventurada Virgen María Reina».

  • 22 DE OCTUBRE: SAN JUAN PABLO II

    Una vida donada a la Iglesia por manos de María

    El 16 de octubre de 1978 fue elegido Papa el cardenal de Cracovia, Karol Józef Wojtyła. Siguiendo la línea de su predecesor, fallecido repentinamente el 28 de septiembre de 1978, eligió el nombre de Juan Pablo II. Fue el primer pontífice no italiano en 455 años, desde la muerte del último extranjero, Adriano VI de Utrecht, en 1523. También fue el primer Papa polaco de la historia y el primero de lengua eslava. Su pontificado no solo ostenta estos récords, sino que también es uno de los más largos de la historia, después del de San Pedro y Pío IX, con casi 27 años de duración.

  • 23 de septiembre: San Pío de Pietrelcina

    Imagen viva de Cristo sufriente y resucitado

    "Quiero ser solo un pobre fraile que reza". Así solía decir San Pío de Pietrelcina, bautizado como Francesco Forgione, ante las miles de fieles que acudían a él. ¿Por qué tanta popularidad para un simple capuchino que vivía en un pequeño pueblo en el Gargano? El secreto era que todo aquel que le conocía veía en él una imagen viva de Cristo sufriente y resucitado.

  • 24 de agosto: San Bartolomé Apóstol

    Un israelita en quien no hay engaño

    Bartolomé, uno de los doce apóstoles que siguieron a Jesús poco después del bautismo en el Jordán, aparece en los Evangelios sinópticos en la lista de los Apóstoles, siempre junto a su paisano Felipe. 

  • 26 de agosto: memoria litúrgica del Beato Juan Pablo I

    El espacio de una sonrisa

    «El nuevo Beato vivió así: en la alegría del Evangelio, sin compromisos, amando hasta el final. Encarnó la pobreza del discípulo, que no es sólo desprendimiento de los bienes materiales, sino sobre todo superación de la tentación de poner en el centro el propio yo y buscar la propia gloria». Así se expresó el Papa Francisco, el domingo 4 de septiembre de 2022, en la Plaza de San Pedro, durante la beatificación de Juan Pablo I, nacido Albino Luciani.

  • 27 de septiembre: San Vicente de Paúl

    Una vida al servicio de los pobres y de los últimos

    «Dios ama a los pobres y, por consiguiente, ama a los que aman a los pobres». Así repetía San Vicente de Paúl a sus colaboradores. Nacido en Pouy, un pueblecito de las Landas francesas, el 24 de abril de 1581, en el seno de una familia de campesinos, nunca olvidó que de niño fue guardián de cerdos y vacas. Su padre le envió a estudiar a Dax, al internado de los Cordeliers, dirigido por los franciscanos, con la esperanza de que pudiera adquirir una educación que ayudara a completar los ingresos familiares.

  • 28 de octubre: Santos Simón y Judas (Tadeo) Apóstoles

    Juntos anunciaron el Evangelio

    Los dos apóstoles Simón y Judas Tadeo están unidos por la misma festividad. Es posible que el motivo se deba a su apostolado común en Mesopotamia y Persia, donde fueron a proclamar el Evangelio. No tenemos mucha información cierta sobre ellos, lo que sabemos es lo que se encuentra en el Nuevo Testamento.

  • 29 DE SEPTIEMBRE: ARCÁNGELES MIGUEL, GABRIEL Y RAFAEL

    Anunciadores de los misterios de Dios


    Contemplativos de la gloria de Dios y mensajeros de la Buena Nueva. Así son los tres Arcángeles que se celebran el 29 de septiembre. Sus nombres reflejan su misión, no su naturaleza. Son los mensajeros del Señor, encargados de anunciar su voluntad, y forman parte, junto con los Santos, de la "multitud inmensa de adoradores del Dios viviente".

  • 30 DE SEPTIEMBRE: SAN JERÓNIMO, DOCTOR DE LA IGLESIA

    La Biblia en el centro de la vida

    «El rasgo distintivo de la figura espiritual de san Jerónimo sigue siendo sin duda su amor apasionado por la Palabra de Dios, transmitida a la Iglesia en la Sagrada Escritura. Si todos los Doctores de la Iglesia -y en particular los de la primera época cristiana- extrajeron explícitamente de la Biblia el contenido de su enseñanza, Jerónimo lo hizo de un modo más sistemático y en cierto modo único». Lo recuerda el Papa Francisco en su Carta Apostólica Scripturae Sacrae affectus, del 30 de septiembre de 2020, en el XVI centenario de la muerte de san Jerónimo.

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