10 de diciembre: Beata Virgen María de Loreto
Donde tuvo lugar el “sí” de María
Hay una Casa que posee un valor especial, mayor que el de cualquier otra. Sus muros fueron testigos de la Anunciación y de la plena disponibilidad de la Virgen María para acoger la voluntad de Dios. Esta Casa, según la tradición, se encuentra en Loreto, dentro del santuario mariano dedicado a la Virgen Lauretana, erigido precisamente para albergarla.
La Santa Casa no solo es un lugar de inmensa relevancia histórica y religiosa, sino también un poderoso símbolo de fe, familia y esperanza. Dado que es el lugar donde la Virgen María nació y vivió, se presenta como un refugio espiritual para las familias, que encuentran en ella consuelo y apoyo en las dificultades cotidianas.
La tradición relata que la Santa Casa de Nazaret fue transportada a Loreto por los ángeles. Otra explicación de carácter histórico sugiere que, tras la expulsión de los cruzados de Tierra Santa por los musulmanes en 1291, algunos cristianos lograron salvar la casa de la Virgen María, llevándola primero a Iliria, donde el santuario de Tersatto aún hoy conserva esta memoria. Posteriormente, entre el 9 y el 10 de diciembre de 1294, la Casa fue trasladada al antiguo municipio de Recanati, inicialmente cerca del puerto y, más tarde, a una colina en una vía pública, lugar donde se encuentra custodiada hoy en día.
Tanto la tradición como los estudios arqueológicos y filológicos coinciden en reconocer que este extraordinario traslado podría haber contado con una intervención divina o “angélica”. Este acontecimiento posee una gran importancia histórica y espiritual, y es celebrado como un milagro en la tradición cristiana.
La Santa Casa, custodiada en el interior de la Basílica construida entre 1469 y 1587, constituye el corazón del Santuario de Loreto. Está compuesta por tres paredes que, según una antigua y autorizada tradición, formarían la parte frontal de la gruta de Nazaret, el lugar donde la Beata Virgen María nació, vivió y recibió la Anunciación.
Este lugar tiene una importancia espiritual e histórica inmensa para los fieles, pues simboliza un vínculo directo con la vida de la Virgen María, convirtiéndose en un punto central de devoción y peregrinación.
Las excavaciones arqueológicas han revelado que las tres paredes de la Santa Casa encajan perfectamente con el perímetro de la gruta de Nazaret, la cual representa la parte restante de la casa de María. Además, las piedras empleadas para construir la Santa Casa no provienen del territorio de Recanati, sino que son propias de la tradición constructiva de Palestina en tiempos de Cristo. Estos elementos refuerzan la autenticidad de la reliquia y subrayan su relevancia tanto histórica como espiritual.
Este detalle añade una dimensión más profunda a la fe y a la devoción que rodean a la Santa Casa, convirtiéndola en un destino de peregrinación esencial para los fieles de todo el mundo.
La Virgen Lauretana, proclamada Patrona Universal de todos los viajeros en avión el 24 de marzo de 1920 por el Papa Benedicto XV, tiene un vínculo especial con la aviación civil y militar. En 2020, con motivo del Jubileo Lauretano convocado por el Papa Francisco, se celebró el centenario de esta proclamación, recordando y fortaleciendo esta relación particular entre la Virgen de Loreto y la aviación.