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J19 de julio: San Símaco, Papa

Caridad hacia los pobres y los peregrinos

Símaco, originario de Cerdeña, fue elegido Papa el 22 de noviembre del año 498, tras la muerte de Anastasio II. Sin embargo, su elección fue impugnada por un sector romano afín a los bizantinos, que eligió en su lugar al arcipreste Lorenzo. Para resolver la disputa, el rey ostrogodo Teodorico convocó a ambos contendientes en Rávena y decretó que sería reconocido como legítimo Papa aquel que hubiese obtenido el mayor número de votos. Símaco resultó ser el más votado y, en consecuencia, fue confirmado como Pontífice.

De regreso a Roma, Símaco convocó un sínodo en la basílica de San Pedro al que asistieron setenta y dos obispos procedentes de toda Italia. Este concilio es recordado también porque, por primera vez, participaron en él los presbíteros de las iglesias romanas llamadas tituli, que en la actualidad están confiadas a los cardenales. Durante el sínodo se establecieron normas precisas para evitar conflictos en futuras elecciones papales: por ejemplo, se decretó que quien intentase promover la elección de un nuevo Papa mientras el Pontífice reinante aún viviera sería castigado con severidad.

En el año 501, otro sínodo, también celebrado en San Pedro, produjo una declaración de gran trascendencia, suscrita por setenta y seis obispos, en la que se afirmaba con claridad que la Sede Apostólica no puede ser juzgada por ningún poder humano.

Durante sus quince años de pontificado, Símaco se distinguió por su generosa atención a la caridad: cada año enviaba ayuda y vestiduras a los obispos exiliados en África y Cerdeña, perseguidos por el rey vándalo Trasmundo. Asimismo, liberó a numerosos esclavos en Liguria y en Milán.

A él se debe también la institución del canto obligatorio del Gloria en todas las misas dominicales y en las fiestas de los mártires. En Roma fundó hospicios para peregrinos, hospitales para pobres en las principales basílicas, y un gran xenodoquio —casa para forasteros y necesitados— en la ciudad portuaria de Porto.

Expulsó de Roma a los seguidores de la herejía maniquea y ordenó la quema pública de sus escritos. Se ocupó además del embellecimiento de la basílica de San Pedro, haciendo pavimentar el atrio con mármol y decorando las paredes del pórtico con mosaicos que representaban corderos, cruces y palmas. Murió el 19 de julio del año 514.

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