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27 de enero: Santa Ángela Mérici

Un nuevo camino de consagración para las mujeres

Con una audaz novedad para el siglo XVI, Santa Ángela Mérici propuso un modelo inédito de consagración femenina: no en el claustro, sino en el mundo. Para ello, fundó la Compañía de Santa Úrsula, ofreciendo a las mujeres una nueva forma de entrega a Dios. Con gran sensibilidad hacia los signos de los tiempos, centró su visión en el modelo de la Iglesia primitiva, en la vida de los Apóstoles y de las primeras comunidades cristianas, abriendo así el camino a la devotio moderna.

Ángela nació en Desenzano del Garda, alrededor de 1476, en el seno de una familia de la pequeña nobleza rural que se había trasladado desde Brescia a las orillas del lago de Garda. Su vida estuvo pronto marcada por el sufrimiento tras la pérdida de su hermana, con quien mantenía un estrecho vínculo afectivo, y la muerte de sus padres. Siendo aún adolescente, fue acogida en Salò por su tío materno, en un ambiente acomodado donde permaneció varios años. En el convento de los Frailes Menores de la Observancia de San Bernardino, recibió el hábito de terciaria franciscana.

En 1516, se trasladó a Brescia, a la casa de Caterina Patengola, para consolarla por la pérdida de sus hijos. A partir de entonces, Ángela inició una misión de consuelo y dirección espiritual que, con el tiempo, se extendió a todos aquellos que recurrían a ella en busca de oración, meditación y consejo pacificador.

Fue un período de profunda vida mística, dedicado a la oración y la caridad. En torno a ella se formó un primer cenáculo espiritual, compuesto principalmente por mercaderes. Hacia 1520, emprendió varias peregrinaciones a los lugares santos de la cristiandad.

Su primer viaje (1522) la llevó hasta la tumba de la Beata Osanna Andreasi, fallecida con los estigmas en 1505 en Mantua. En 1524 realizó una peregrinación a Tierra Santa, durante la cual, en Candía (Creta), perdió casi por completo la vista.

Cuando regresó a Brescia, con poco más de cincuenta años, su fama de santidad ya la precedía. El 25 de noviembre de 1535, en la festividad de Santa Catalina de Alejandría, fundó la Compañía de Santa Úrsula, ofreciendo un camino de consagración a aquellas mujeres que deseaban santificar su existencia sin ingresar en un convento ni contraer matrimonio.

Para la Compañía, Ángela dejó una Regla, compuesta por doce artículos, además de una serie de Consejos y un Testamento de gran valor ascético y espiritual, impregnado de una notable intuición pedagógica.

Gracias a la nueva Compañía, cada mujer consagrada podía vivir su vocación sin estar confinada en un convento, sino actuando en el mundo, inspirada en el modelo de la Iglesia primitiva.

Ángela falleció el 27 de enero de 1540. Una multitud acudió a la iglesia de Santa Afra, hoy santuario de Santa Ángela Mérici, donde su cuerpo fue expuesto en un ataúd abierto. Durante treinta días, permaneció en exposición al peregrinaje de los fieles sin mostrar signos de descomposición, lo que aumentó aún más su fama de santidad.

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