20 de septiembre: Andrés Kim Taegon y 102 Compañeros mártires
En las raíces de la Iglesia en Corea
La evangelización de Corea comenzó a principios del siglo XVII, cuando algunos coreanos entraron en contacto con el cristianismo durante un viaje a Pekín. Al regresar a su patria, fundaron una comunidad cristiana viva y perseverante, a pesar de la ausencia inicial de sacerdotes.
Entre los principales protagonistas se encuentra san Andrés Kim Taegon, primer sacerdote coreano, nacido en 1821 en el seno de una familia cristiana perseguida (también su padre fue mártir). Estudió en Macao para convertirse en presbítero y fue ordenado en 1845. De regreso en Corea, colaboró con el obispo Ferréol en la evangelización clandestina. Fue arrestado en 1846, torturado y decapitado el 16 de septiembre de ese mismo año, sin renegar jamás de la fe.
Junto a él se recuerda a san Pablo Chong Hasang, laico nacido en 1795. Hijo y hermano de mártires, fue encarcelado en su juventud y perdió todos sus bienes. Tras ser liberado, se dedicó al cuidado de la comunidad cristiana, privada de pastores. Realizó largos viajes hasta Pekín para solicitar el envío de sacerdotes y albergaba el deseo de ser ordenado él mismo. Sin embargo, durante una nueva oleada de persecuciones, fue capturado y decapitado el 22 de septiembre de 1839.
En conjunto, se calcula que hubo unos 10.000 mártires coreanos. De ellos, 103 fueron canonizados por san Juan Pablo II el 6 de mayo de 1984 en Seúl, entre los cuales se cuentan Andrés Kim, Pablo Chong, tres obispos, otros siete presbíteros y el resto laicos: hombres y mujeres, jóvenes y ancianos (la más joven tenía 13 años y la de mayor edad, 79).
Entre los mártires figuran también diez misioneros franceses, los primeros obispos de la Iglesia en Corea, pertenecientes a la Sociedad de Misiones Extranjeras de París. Sus historias, narradas en los Acta martyrum del siglo XIX, muestran cómo el espíritu evangelizador y la fidelidad al Evangelio se han manifestado en todas las épocas y lugares del mundo, del mismo modo que en los tiempos antiguos de la Iglesia.
