Seleccione su idioma

5 de julio: San Antonio María Zaccaria

El fundador de los Barnabitas

«Es propio de los corazones magnánimos ponerse al servicio de los demás sin esperar recompensa»: así solía expresarse San Antonio María Zaccaria.

Nació en Cremona en 1502, en el seno de una familia noble. Huérfano de padre desde muy temprana edad, fue criado con gran dedicación por su madre, aún muy joven. No se conocen muchos detalles sobre su infancia, salvo un episodio especialmente significativo: un día, al regresar de la escuela, ofreció su capa a un pobre.

En 1520 se trasladó a Padua para estudiar filosofía y medicina. Tras licenciarse en medicina en 1524, regresó a Cremona, aunque decidió no ejercer la profesión médica, optando en su lugar por dedicarse plenamente a la vida espiritual. Como laico, comenzó reuniendo a los niños durante las festividades para enseñarles el catecismo, implicando después también a los adultos. Fue ordenado sacerdote el 20 de febrero de 1529.

Se entregó con empeño a la asistencia de los pobres y los enfermos, especialmente durante la epidemia de peste de 1528.

En 1530 se trasladó a Milán y fundó la Compañía de los Hijos e Hijas de San Pablo (también conocida como Congregación de San Pablo), reconocida oficialmente el 18 de febrero de 1533, incluso antes de que sus miembros vivieran en común o siguieran una regla establecida. A partir de 1545, cuando se establecieron junto a la iglesia de San Bernabé, los miembros de la congregación comenzaron a ser conocidos como barnabitas.

Fundó asimismo a las Angélicas (de San Pablo Converso) y a los Casados devotos de San Pablo.

Entre las iniciativas más relevantes de Antonio María —que quedaron profundamente arraigadas en la tradición milanesa— destacan el toque de campanas cada viernes a las tres de la tarde, en memoria de la muerte de Cristo, y la práctica de las Cuarenta Horas: adoración solemne y rotativa del Santísimo Sacramento en distintas iglesias de la ciudad.

En 1539, ya gravemente enfermo, su estado de salud se deterioró aún más. En junio, sintiéndose cercano a la muerte, pidió ser trasladado a Cremona, a casa de su madre. Poco antes de fallecer, se le apareció San Pablo Apóstol. Tras pronunciar sus últimas recomendaciones, recibió los sacramentos y murió en la tarde del 5 de julio de 1539, precisamente en la octava de los santos Pedro y Pablo, tal como él mismo había predicho.

Su cuerpo fue trasladado posteriormente a Milán y sepultado en el monasterio de San Pablo Converso. El 8 de mayo de 1891 se hallaron sus reliquias, que fueron trasladadas a la iglesia de San Bernabé. El 27 de mayo de 1897, el papa León XIII lo proclamó santo.

Seleccione su idioma