22 DE NOVIEMBRE: SANTA CECILIA, VIRGEN Y MÁRTIR
La Patrona de los músicos y de la música
Santa Cecilia, conocida como Patrona de la música, tanto de los músicos como de las músicas, así como de los lutieres y demás fabricantes de instrumentos musicales, nació en una familia noble romana a principios del siglo III.
Su biografía puede consultarse en textos sin garantía histórica, pero nunca se ha puesto en duda su existencia.
Ya en el año 496, Cecilia es venerada por la Iglesia de Roma como virgen y mártir. En el lugar donde se encontraba su casa, en Trastevere, se construyó una Basílica, su festividad se celebra el 22 de noviembre en el calendario litúrgico y su nombre aparece en el canon de la Misa.
El relato de su vida se encuentra en las Passio, que contienen las biografías de los mártires de los primeros siglos. Según los Actos de Cecilia, del siglo VI, recogidos por el dominico Jacobo de Vorágine en su Legenda Aurea, escrita a partir de 1260, la mártir pertenecía a la ilustre familia aristocrática de los Cecilios. Criada en la fe cristiana, ferviente, caritativa y humilde, hizo voto de castidad. Obligada a casarse con un pagano llamado Valeriano, lo convenció para que compartiera su deseo. En la noche de bodas, Cecilia le reveló que un ángel velaba por su virginidad. Deseoso de ver a este ángel, Valeriano decidió convertirse al cristianismo y fue bautizado por el Papa Urbano I. También el hermano de su esposo, Tiburcio, abrazó la fe.
Al enterarse de la conversión, el prefecto Turcio Almachio mandó arrestar tanto a Cecilia como a los dos hermanos. Cecilia fue confinada en su casa, mientras que Valeriano y Tiburcio fueron condenados a muerte. Su testimonio provocó la conversión del carcelero Máximo.
Mientras tanto, Cecilia continuó catequizando a las personas que se convertían al cristianismo. El Papa solía ir a su casa a bautizar a los catecúmenos. Denunciada nuevamente como cristiana, fue llevada ante el prefecto. Al ordenarle que sacrificara a los ídolos, se negó rotundamente. Fue entonces condenada a decapitación. Sin embargo, por tres veces el verdugo no pudo cortar su cuello, dejando tres heridas. Fue en ese momento cuando Cecilia oyó una melodía del cielo, el coro de los ángeles. Es por ello que se la reconoce como la Patrona de los músicos. Murió tras tres días de agonía, hacia el año 230.
Según la tradición, distribuyó a los pobres todos sus bienes y recomendó al Papa Urbano I todos los fieles que había convertido, diciéndole: “He pedido al cielo estos tres días para darte mis últimas recomendaciones y rogarte que consagres una iglesia en el lugar de la casa donde muero”. Esta Iglesia aún existe, es la de Santa Cecilia en Trastevere, en Roma, donde se conservan sus restos mortales.