29 DE SEPTIEMBRE: ARCÁNGELES MIGUEL, GABRIEL Y RAFAEL
Anunciadores de los misterios de Dios
Contemplativos de la gloria de Dios y mensajeros de la Buena Nueva. Así son los tres Arcángeles que se celebran el 29 de septiembre. Sus nombres reflejan su misión, no su naturaleza. Son los mensajeros del Señor, encargados de anunciar su voluntad, y forman parte, junto con los Santos, de la "multitud inmensa de adoradores del Dios viviente".
Cada uno de sus nombres hace referencia a Dios: Miguel (Mi-ka-El) significa “¿Quién es como Dios?”, y es el patrono de la Gendarmería y del Estado de la Ciudad del Vaticano. Gabriel, cuyo nombre significa “Fuerza de Dios”, es el mensajero por excelencia. Rafael, cuyo nombre significa “Dios sana”, representa la Providencia divina. Los Ángeles son mencionados tanto en el Prefacio como en el Canon de la Misa, así como en la Liturgia de las Horas.
En el Antiguo Testamento, Miguel aparece en tres ocasiones, especialmente en el libro de Daniel (Dn 10,13.21; 12,1), donde es considerado el defensor del pueblo judío y el jefe supremo del ejército celestial que protege a los débiles y perseguidos. En el Apocalipsis, se le presenta como el “campeón del Dios único”, que lucha constantemente contra las fuerzas del mal. En el capítulo 12 (7-9) se menciona una lucha, descrita de la siguiente manera: “Entonces estalló una guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles combatían contra el dragón. El dragón luchaba junto con sus ángeles, pero no prevaleció, y no hubo ya lugar para ellos en el cielo. Y fue arrojado el gran dragón, la serpiente antigua, aquel que es llamado diablo y Satanás, el seductor de todo el mundo; fue arrojado a la tierra, y con él sus ángeles”.
Miguel acompaña a los hombres en la lucha contra el mal y los protege de las insidias del demonio. Por ello, la Iglesia lo invoca y anima a confiar en él para encontrar protección e inspiración en el bien. Tanto en la iconografía oriental como en la occidental, se le representa con una espada o lanza en la mano y bajo sus pies el dragón, símbolo de Satanás, vencido en la lucha. A finales del siglo V, su culto se expandió rápidamente por toda Europa, debido a su aparición en el Gargano, en Apulia. Según la tradición, el Arcángel apareció a San Lorenzo Maiorano, obispo de Siponto, el 8 de mayo de 490, solicitando la dedicación de una cueva al culto cristiano, único lugar en el mundo no consagrado por manos humanas. Este es el actual Santuario de San Miguel Arcángel - Basílica Celeste en Monte Sant'Angelo, que en la Edad Media se convirtió en un importante destino de peregrinaciones. También es célebre el Santuario de Mont-Saint-Michel en Francia, nación que lo venera como patrono. El Santuario en Normandía fue fundado por el obispo de Avranches, Aubert, en el año 708 en el Mont-Tombe, después de tres apariciones del Arcángel.
San Miguel, en la tradición popular, es considerado el defensor del Pueblo de Dios y el vencedor en la lucha del bien contra el mal. No es casual que se le represente en numerosas iglesias o en la cima de los campanarios. En Oriente, se le venera con el título de "archiestratega", que corresponde al título latino de princeps militiae caelestis (príncipe de las milicias celestiales). En efecto, el culto al Arcángel Miguel tiene origen oriental. La primera basílica dedicada al Arcángel en Occidente es la que se levantaba en el séptimo kilómetro de la Vía Salaria, consagrada antes del año 450, un 29 de septiembre. Esta basílica, llamada in Septimo, fue destino de peregrinaciones hasta el siglo IX. De aquí proviene la fecha de la fiesta litúrgica, el 29 de septiembre.
La tradición también atribuye a San Miguel la tarea de pesar las almas tras la muerte. Por ello, en algunas de sus representaciones iconográficas, además de la espada, porta una balanza. En los primeros siglos, los bizantinos lo consideraban el médico celestial de las enfermedades humanas.
San Miguel, muy popular entre los fieles, fue proclamado por Pío XII el 29 de septiembre de 1949 como patrono y protector de la Policía del Estado, que diariamente trabaja para proteger el orden público y la seguridad de las personas. También es patrono de farmacéuticos, doradores, comerciantes, fabricantes de balanzas, jueces, maestros de esgrima y radiólogos.
El Arcángel Gabriel es mencionado en el Nuevo Testamento cuando fue enviado al sumo sacerdote Zacarías para anunciar el nacimiento de Juan Bautista, el precursor (Lc 1,11-19). Asimismo, el evangelista Lucas lo describe al llevar el anuncio a María del nacimiento de un hijo: Jesús (Lc 1,26-35). Por su parte, Rafael acompaña al joven Tobías en su búsqueda de una cura para la ceguera de su padre.
San Gregorio Magno subraya que los Arcángeles son más que ángeles, porque son ellos quienes anuncian los misterios más grandes. La Iglesia honra litúrgicamente a solo tres de ellos, porque las Escrituras los mencionan y describen su misión.