Seleccione su idioma

8 de agosto: San Domingo de Guzmán

Al servicio del Evangelio en la verdad y en la pobreza

Una vida entera consagrada a la predicación, al anuncio de la salvación para todos los hombres, en la verdad y en la pobreza. Uniendo contemplación y acción al servicio de la Iglesia y del Reino de Dios.

Esa es la parábola humana de San Domingo de Guzmán, nacido hacia 1170 en Caleruega, Castilla (España), hijo de Félix de Guzmán y Juana de Aza. Desde joven fue confiado a su tío, un arcipreste, quien lo encaminó hacia los estudios. A los quince años comenzó a estudiar Filosofía, Teología, Dialéctica y Sagrada Escritura en la Universidad de Palencia. Durante una época de hambruna, destacó por su generosidad: llegó a vender sus libros para ayudar a los pobres.

Al término de sus estudios, hacia los veinticuatro años, ingresó entre los Canónigos Regulares de la catedral de Osma, donde se dedicó a la oración y a la vida comunitaria bajo la guía del obispo Diego de Acebes. En 1203 le acompañó en una misión diplomática a Dinamarca, pasando por el sur de Francia, donde se encontraron por primera vez con la herejía cátara y albigense. Célebre es el diálogo que Domingo mantuvo con un posadero hereje en Toulouse, prolongado durante toda una noche, en un intento de reconducirlo a la fe católica.

En 1206, tras una segunda misión en Dinamarca, Domingo y Diego se dirigieron a Roma para solicitar al Papa el permiso para predicar entre los paganos. Sin embargo, Inocencio III les pidió que se centraran en la predicación contra la herejía en Francia. Tras la muerte de Diego (30 de diciembre de 1207), Domingo continuó en solitario esta difícil misión, mediante debates públicos, diálogos personales, oración y penitencia.

En 1215, el obispo Fulco de Toulouse lo nombró predicador oficial de la diócesis. En torno a Domingo se formó un pequeño grupo de compañeros entusiastas por la predicación. Fulco le donó la iglesia de Santa María de Prouille, donde Domingo acogió a un grupo de mujeres convertidas, que acompañaban la misión con la oración. Aquel lugar se convirtió en el centro de su obra apostólica.

Ese mismo año, Domingo y Fulco viajaron a Roma para obtener del nuevo papa Honorio III el reconocimiento oficial del grupo. El 22 de diciembre de 1216, el Papa aprobó la fundación de la Orden, que fue llamada Orden de los Frailes Predicadores, más conocidos como dominicos.

En 1217, Domingo envió a sus frailes por toda Europa, especialmente a París y Bolonia, para difundir la misión a través del estudio, la predicación y la pobreza evangélica. En los capítulos generales de 1220 y 1221, celebrados en Bolonia, se definieron las reglas, las misiones y la estructura de la Orden.

Murió el 6 de agosto de 1221 en Bolonia, agotado por sus esfuerzos apostólicos. Rodeado por sus frailes, les dejó un sencillo testamento espiritual:

“Tened caridad, conservad la humildad, vivid en pobreza voluntaria.”

El 24 de mayo de 1233 su cuerpo fue trasladado solemnemente a la basílica que lleva su nombre en Bolonia, y el papa Gregorio IX lo canonizó el 3 de julio de 1234.

Seleccione su idioma