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17 de junio: Santos Blasio y Diógenes, mártires

Testigos de Cristo hasta el don supremo de la vida

Blasio (o Blasto) y Diógenes: dos santos venerados en Roma desde la antigüedad y durante todo el Medievo, cuya memoria se halla consignada en el Martirologio Jeronimiano en la fecha del 17 de junio.

En lo que respecta a san Blasio, algunos textos —entre ellos los Acta del mártir san Valentín— mencionan a un Blasto, tribuno militar, condenado a muerte en el año 269 d.C. por el emperador Claudio el Gótico a causa de su fe cristiana. No obstante, no se poseen pruebas concluyentes que permitan identificar a este personaje con el santo que la Iglesia conmemora en este día.

De san Diógenes, por su parte, se conserva una referencia indirecta a través de la inscripción sepulcral del presbítero Marea, en la que se menciona la violación de su tumba durante el asedio de Vitiges en el año 536, hecho que testimonia la antigüedad y continuidad de su culto.

Ambos mártires fueron sepultados en un primer momento en la iglesia de san Juan mártir, situada a lo largo de la vía Salaria, en el lugar denominado ad septem palumbas (en las inmediaciones de la actual Acqua Acetosa), donde eran objeto de veneración, como confirman diversos itinerarios de peregrinación medievales.

Ya en el siglo IX, el papa Pascual trasladó sus reliquias a la basílica de Santa Práxedes, según consta en el catálogo epigráfico de mármol. Asimismo, otras reliquias de los santos se conservan en la iglesia de san Marcelo en el Corso, como atestigua una inscripción datada entre los siglos XI y XII.

La Iglesia universal guarda su memoria en el Martirologio Romano, en la fecha del 17 de junio, como testigos fieles del Evangelio hasta el derramamiento de su sangre.

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