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6 de junio: San Norberto de Xanten, Obispo y Fundador de los Canónigos Regulares Premonstratenses

Anunciador del Evangelio con la palabra y con el ejemplo

La conversión de san Norberto de Xanten fue instantánea. Tenía unos 35 años cuando fue derribado de su caballo y estuvo a punto de morir. En aquel momento, sintió en su interior las palabras del salmo: «Apártate del mal y haz el bien» (Sal 34,15). Interpretó este suceso como una llamada divina y decidió cambiar radicalmente de vida. Comenzó entonces a llevar una existencia marcada por la penitencia: caminaba descalzo, vestía toscas prendas de lana y recorría diversas regiones predicando.

San Norberto nació hacia el año 1080 en la ciudad de Xanten, en la actual Renania del Norte (Alemania). Desde niño fue enviado a estudiar al cabildo de la catedral de San Víctor en Xanten, donde fue ordenado subdiácono y nombrado canónigo. Más tarde, fue llamado a servir en la corte del emperador Enrique V. En ese entorno se dejó seducir por un estilo de vida mundano, apartándose del compromiso espiritual y de la vida religiosa.

Todo cambió en 1115, cuando se convirtió y decidió recibir el diaconado y la ordenación sacerdotal. Recorrió entonces los campos y aldeas proclamando la Palabra de Dios e invitando a la conversión. Su labor fue reconocida y respaldada por el papa Gelasio II, y posteriormente también por el papa Calixto II, quienes le brindaron su apoyo. Fue precisamente este aliento el que impulsó a Norberto a establecerse en un lugar concreto y fundar una comunidad religiosa.

Eligió un valle apartado en el noreste de Francia llamado Prémontré. Allí, en una pequeña capilla dedicada a san Juan Bautista, tuvo una visión de Cristo crucificado, quien le reveló que aquel lugar desolado llegaría a convertirse en sede de un gran monasterio. Así, en 1121, Norberto fundó oficialmente la nueva Orden Premonstratense. Permaneció fiel a su vocación de canónigo y adoptó la Regla de san Agustín. El monasterio pronto se destacó por su estilo de vida austero, la pobreza evangélica, la oración litúrgica solemne y una fuerte adhesión al ideal comunitario agustiniano. Escogió un hábito de lana burda como signo del voto de pobreza, con un profundo significado simbólico: el color blanco evocaba al ángel que, en la mañana de Pascua, había anunciado la Resurrección de Cristo.

Mientras crecía el número de canónigos en el monasterio, Norberto proseguía su predicación, atrayendo a muchas personas. Sentía una profunda devoción por la Eucaristía, hasta el punto de considerar el sacrificio de la Misa como el centro de su misión.

El 25 de julio de 1126 fue nombrado obispo de Magdeburgo. En esa ocasión, confió la dirección de su orden al beato Hugo de Fosses. Como obispo, luchó con firmeza 

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