19 de marzo: San José, Esposo de la Bienaventurada Virgen María y Patrono de la Iglesia universal

Hombre justo y protector de la Sagrada Familia
San José, padre adoptivo de Jesús y esposo de María, es una figura central en la tradición cristiana, tanto por su papel en la economía de la salvación como por ser modelo de virtudes. Aunque las fuentes bíblicas ofrecen pocos detalles sobre él, su figura destaca especialmente en los Evangelios de Mateo y Lucas.
Originario de Belén, José era un carpintero que vivía y trabajaba en Nazaret. El Evangelio de Mateo lo presenta como “el justo”, un hombre que descendía de la estirpe del rey David. Cuando María, su esposa, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo, José, siendo justo, decidió dejarla en secreto para no exponerla a la deshonra. Sin embargo, un ángel se le apareció en sueños, animándolo a acoger a María como esposa y a recibir al Niño que nacería de ella, pues su concepción provenía del Espíritu Santo. José obedeció y tomó a María por esposa, asumiendo la custodia del Niño Jesús.
Tras el nacimiento de Jesús, José ejerció como padre adoptivo, protegiendo a la Sagrada Familia de la persecución del rey Herodes, quien quería matar al recién nacido. José huyó con María y el Niño a Egipto, donde permanecieron hasta la muerte de Herodes. La última referencia a José en los Evangelios tiene lugar cuando Jesús, ya adolescente, permanece en el Templo de Jerusalén, causando gran preocupación en él y en María.
San José es también conocido por su humildad, su laboriosidad y su ternura. La tradición lo presenta como un trabajador incansable y fiel, dotado de una fe profunda y de una obediencia total a Dios. Se considera que falleció antes del inicio de la vida pública de Jesús, pero que acompañó a María y al Niño en los últimos años de su vida, por lo que es invocado como patrono de la buena muerte.
San José es celebrado el 19 de marzo, fiesta instituida por Gregorio XV en 1621, aunque los primeros testimonios de celebraciones en su honor en el mes de marzo datan del año 800. Todo el mes de marzo está tradicionalmente dedicado a San José, y los fieles son invitados a meditar sobre sus virtudes. En 1870, Pío IX lo proclamó Patrono de la Iglesia universal. En 1889, León XIII lo declaró Patrono de los padres de familia y de los trabajadores, y en 1955, Pío XII instituyó la fiesta de San José Obrero, el 1 de mayo, subrayando su figura como protector de los trabajadores.
El 1 de mayo de 2013, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, en virtud de las facultades concedidas por el papa Francisco, decretó que el nombre de San José, Esposo de la Bienaventurada Virgen María, “fuera añadido, a partir de ese momento, en las Plegarias Eucarísticas II, III y IV de la tercera edición típica del Misal Romano, inmediatamente después del nombre de la Bienaventurada Virgen María”.